sábado, 2 de noviembre de 2013

COLOMBIA INVISIBLE
Largometraje documental 
Unai Aranzadi 

Durante algo más de una hora, asistimos a una exposición del conflicto que atenaza a Colombia desde hace medio siglo a través de la historia de quienes más lo sufren: el pueblo. Así, Aranzadi alterna potentes testimonios visuales de las durísimas condiciones de vida en la que viven muchos colombianos con las intervenciones de importantes personalidades críticas con el Gobierno, cuyas actividades ilegales han tratado de exterminar a las fuerzas de oposición y movimientos sociales que abogan por la paz del país.

El metraje responde al perfil de lo que Aranzadi busca en sus trabajos: golpear fuertemente a la conciencia del espectador gracias a las crudas imágenes que muy pocas veces se muestran y el señalamiento inequívoco de cuáles son las causas del conflicto, a quién le beneficia la guerra y cómo afecta a la sociedad colombiana, que todavía hoy sufre la violencia de una manera más selectiva mediante el asesinato de líderes sindicalistas e indígenas. 

Colombia Invisible es un documental abiertamente antiimperialista que no tiene reparos en mostrar las caras visibles de los explotadores del pueblo. Como en la escena de la inauguración del puerto de agua dulce, en la que el presidente Santos satisface la imperiosa necesidad de los empresarios españoles de saber que Colombia es su patio trasero en el que pueden hacer y deshacer a su antojo, mientras que a pocos metros del fastuoso evento niños desplazados mueren por falta de medicamentos. Es la escena más lograda, más poderosa emocional y simbólicamente que graba y monta notablemente Aranzadi, que quizás falla en el apartado sonoro y musical en algunos momentos del film.

Sin embargo, la honradez del documental va más allá, como he mencionado antes, al no esconder las verdaderas causas de la guerra civil que azota a tantos colombianos. Por ello, el problema de la tierra –eterna razón de los movimientos sociales del continente– adquiere una importancia merecida al situarse como telón de fondo, sin el cual no se puede afrontar una verdadera resolución al conflicto de un país donde el 1% de la población posee el 80% de la tierra. Aranzadi coloca en su justo lugar a las transnacionales de la fruta que llevan un siglo desangrando a Latinoamerica. Lo que nos lleva al problema de la violencia. 
"Si ves el mapa de las transnacionales y el del paramilitarismo en Colombia, son practicamente idénticos", dice uno de los entrevistados por Aranzadi en el documental. El paramilitarismo se dedica a defender los intereses de las poderosas multinacionales extranjeras desde hace décadas, permitiendo que el Ejército no se manche las manos más de lo necesario en su lucha contra todo lo que se opone al Gobierno. Especialmente desgarradora resulta la historia de la Unión Patriótica, partido de izquierdas que defendía la lucha pacífica y que fue aniquilado militarmente a finales de los 80, una historia aparte.

Los testimonios que aparecen en la obra han sido amenazados o han sufrido coacciones, según avisa el inicio del documental. Esa sigue siendo la gran aportación de Aranzadi. Ofrecer las voces de quienes más intensamente sufren un conflicto ignorado por la opinión mundial y que merecen ser escuchadas.



martes, 17 de septiembre de 2013


HUBER BALLESTEROS, 30 AÑOS EN LA LUCHA POR LA DEFENSA DEL CAMPESINADO

“Es importantísimo en estos momentos hacer de la consigna “el ataque a uno es un ataque a todos” una realidad. Es imprescindible exigir la liberación del compañero Ballesteros y de todos los presos judicializados con pruebas espurias, sean los desacreditados computadores o la ilegítima Ley de Seguridad Ciudadana, ideada para reprimir y criminalizar la protesta social”. 

El pasado domingo 25 de Agosto, en el marco del Paro Nacional Agrario y Popular, fue detenido de forma arbitraria el dirigente agrario y sindical Huber de Jesús Ballesteros Gómez, vicepresidente del comité ejecutivo de FENSUAGRO, del ejecutivo nacional de la CUT y miembro de la Junta Patriótica Nacional de Marcha Patriótica; además uno de los 10 voceros nacionales de la Mesa Nacional Agropecuaria y Popular de Interlocución y Acuerdo -MIA-, como represalia del régimen por la contundencia de las jornadas de protesta y de paros indefinidos, que se extendieron en todo el país desde el 19 de agosto.

La prueba reina con la que detienen a Huber Ballesteros y lo acusan de auxiliador del terrorismo es la declaración de “Olivo Saldaña’, desertor de las FARC EP, sujeto descompuesto y controvertido al que la propia Fiscalía ha querido expulsar de Justicia y Paz por la falsa desmovilización de un frente guerrillero. El fiscal que adelanta el caso contra nuestro compañero no desaprovechó la oportunidad para recurrir nuevamente a los computadores mágicos de los abatidos comandantes guerrilleros de las FARC EP, pruebas que ya han sido desestimadas en similares procesos por la Corte Suprema de Justicia, evidenciando la practica sistemática de los montajes y la persecución política y judicial contra el movimiento social y popular.

Esta captura sumada a los disparos de fusil, los atropellos del ESMAD, los empadronamientos, las numerosas detenciones arbitrarias e ilegales en nombre de la ley de seguridad ciudadana, demuestran que en Colombia no existen reales garantías de participación política para quienes tienen no solamente justos reclamos sino proyectos de país y de sociedad distintos a los de las elites que históricamente nos han gobernado. 

Desde el Movimiento Social y Político Marcha Patriótica Risaralda y el Comité de Solidaridad y Defensa con l@s Prisioner@s Polític@s de Risaralda "Juan David Pineda", hacemos el llamado a que las organizaciones sociales, sindicales, políticas y la ciudadanía en general se solidaricen con el compañero Huber Ballesteros, exigiéndole al estado Colombiano respeto el derecho legítimo y legal a la protesta social, asi mismo exigirle a los jueces de la republica la libertad inmediata de Huber Ballesteros y demás campesinos, indígenas y dirigentes populares, detenidos arbitrariamente durante el Paro; no sólo porque no representan ningún peligro para la sociedad-tesis de la fiscalía para justificar las ordenes de captura- sino porque estos Colombianos y Colombianas son víctimas de siniestros montajes judiciales, planeados desde el ministerio de la defensa, para desacreditar a la dirigencia del movimiento campesino Colombiano.

Las banderas del campesinado y de los sectores populares en lucha por una patria justa, democrática y en paz también son nuestras. 

¡Exigimos la libertad inmediata para Huber Ballesteros!
¡No a la criminalización de la protesta social!
¡Viva el Paro Nacional Agrario y Popular!
¡Viva la MIA Nacional!


domingo, 1 de septiembre de 2013




PARA LLORAR
Por cada granada de humo blanco pagamos 43.880 pesos. Cada cartucho de gas nos vale 27.183 pesos.

Por Daniel Coronel

Se ha vuelto un lugar común decir que todos pierden con los paros. La frase es tan repetida como falsa. Hay unos que ganan –y ganan mucho- cada vez que hay una protesta. La industria de las llamadas “armas no letales” recibe multimillonarias utilidades por cuenta de la represión de las manifestaciones en Colombia y en el mundo. Los dueños de esa industria tienen a la vez intereses en negocios como la venta de productos lácteos o la calificación de riesgos en países como el nuestro.

El gas lacrimógeno es uno de los mejores negocios de esta época. A pesar de que la Organización de Naciones Unidas clasifica el gas lacrimógeno como un arma química, los poderosos intereses detrás de esta industria han logrado que su producto estrella se comercialice a nivel mundial como “arma no letal”

La mayor productora de gas lacrimógeno es una empresa llamada Combined Systems Inc. La compañía funciona en Jamestown, un pacífico pueblito con menos de 700 habitantes en Pensilvania, Estados Unidos.

De acuerdo con su página oficial su negocio es la “fabricación y suministro de municiones tácticas y dispositivos de control de masas a las fuerzas armadas, la policía, las autoridades carcelarias y las agencias de seguridad nacional en el mundo entero”  (https://www.combinedsystems.com/)

La compañía es una máquina de hacer dinero. Cuanto peor le vaya al mundo, mejor le va a ellos. Un reciente estudio adelantado por la profesora Anna Feigenbaum de la Universidad de Bornemouth en Gran Bretaña, prueba que durante los períodos de crisis económica se disparan los gastos antimotines. 

El periodista Marcelo Justo hizo un completo reporte para BBC Mundo que muestra, entre otras revelaciones, el ejemplo de España. Mientras el gobierno de Rajoy recortó el presupuesto de 2013 en casi todas las áreas, empezando por salud y educación, hubo un aumento de 17 veces (!) en el renglón de ‘antidisturbios’. Los fondos pasaron de 173.000 euros a más de tres millones. (http://www.bbc.co.uk/mundo/noticias/2013/06/130618_gas_lacrimogeno_am.shtml)

Colombia es un gran comprador de Combined Systems. De acuerdo con una publicación de Source Watch los principales clientes de la compañía fabricante de gas lacrimógeno son en su orden: Estados Unidos, Israel, Egipto, Colombia y Yemen. (http://www.sourcewatch.org/index.php/Combined_Systems_Inc)

En el año 2007, se registraron 800 protestas en Colombia. El 26 de diciembre de ese año -en medio de las celebraciones de navidad y año nuevo- el gobierno de entonces firmó a través de la Policía Nacional un contrato con los representantes locales de Combined Systems por US $2.262.936 (Ver Figura 1)

El objeto del contrato es la compra de granadas de gas, armas lanzagases y otras municiones antimotines. Quien firmó el contrato como directora administrativa y financiera de la Policía fue la entonces coronel Luz Marina Bustos Castañeda, hoy subdirectora general de la institución. La coronel Bustos ahora es general y con su firma ese contrato ha sido extendido y adicionado, hasta nuestros días, en cantidades multimillonarias. 

Una de esas adiciones deja ver cuánto le cuesta cada disparo antimotines a los contribuyentes colombianos. Por cada granada de humo blanco pagamos $43.880. Cada cartucho de gas nos vale $27.183. (Ver Figura 2)

Otro contrato, esta vez del Fondo Rotatorio de la Policía, indica que Colombia le compró a Combined Systems fusiles lanzagases por $242.604.960. (Ver Figura 3)

Los principales accionistas de Combined Systems son Point Lookout Capital Partners y The Carlyle Group. El grupo Carlyle es un conglomerado empresarial con múltiples intereses que van desde la banca internacional hasta la tecnología agropecuaria con Syangro Technologies, pasando por la producción de leche en la India con Tirumala Milk. Carlyle es dueño también de la calificadora de riesgos Duff and Phelps que evalúa la seguridad de las inversiones en países como Colombia.

Nuestro país es magnánimo con los conglomerados que explotan nuestros recursos y nos venden lo que no necesitamos en desarrollo de las ‘bondades’ del TLC. Al mismo tiempo es avaro con los campesinos que producen alimentos, severo con quienes se atreven a protestar y generoso con los vendedores de instrumentos para la represión.

Al final ellos se quedan con la plata y nosotros con las lágrimas.

Figura 1

Figura 2

Figura 3




sábado, 31 de agosto de 2013

jueves, 29 de agosto de 2013

En el siguiente Link podremos encontrar imagenes de la movilización del 29 de Agosto que se realizo en la ciudad de Bogota 

http://www.flickr.com/photos/aycarmelamaria/9627144646/in/set-72157635296063216/


LOS BARRISTAS DEL DEPORTIVO PEREIRA, TAMBIÉN APOYAN EL PARO AGRARIO

 
 


Pliego de peticiones que motiva el Paro Nacional Agrario
2013-08-21 02:34:50

Seis puntos básicos contempla el pliego de peticiones del paro nacional agrario
El pliego de peticiones fue elaborado por la llamada “Mesa Nacional Agropecuaria y Popular de Interlocución y Acuerdo”, MIA, en el cual se argumenta, entre otras cosas, que “ante el tamaño de la crisis social, el gobierno nacional no ha tomado cartas en el asunto que enfrenten de manera estructural los problemas” y que “por el contrario, ha aplicado una paupérrima política social que se ha enfocado a solucionar con paños de agua tibia la aguda desigualdad e injusticia social”.
Además, advierte sobre una “deuda social” del Estado que, dice, “se refleja en el despojo, la no adjudicación y dotación de tierras, en el desconocimiento territorial, en la carente política para fortalecer la producción agropecuaria, en la política minera a favor de multinacionales y en contra de comunidades, y mineros pequeños y artesanales, y la ausencia estatal en cuanto programas de inversión social en educación, salud, vivienda, infraestructura vial y servicios públicos se refiere”.
Para ilustración de los colombianos, publicamos a continuación la sustentación y los puntos del pliego de peticiones, que motiva el paro del próximo lunes, según sus promotores:

“La Constitución Política de Colombia afirma que, ante la ley, todos somos iguales. Sin distinción alguna, todos los colombianos tenemos los mismos derechos y las mismas obligaciones; Sin embargo, a pesar de estar en la Constitución, este enunciado no se cumple en la realidad. Campesinos, Indígenas, Afrocolombianos y pobladores urbanos hemos vivido en la injusticia y la desigualdad; la marginación económica y política ha sido constante: se nos criminaliza y persigue.
Somos colombianos que hemos buscado por distintos mecanismos acceder a políticas públicas que favorezcan nuestra situación social, para que se salde la deuda histórica que el Estado colombiano tiene con el mundo rural. No hemos pedido imposibles, solo pedimos que se nos garanticen los derechos humanos. Con nuestra lucha y organización hemos logrado establecer reivindicaciones en leyes y decretos, que a la luz de la realidad son letra muerta, en algunos casos so pretexto del déficit presupuestal a pesar que cada año los gremios económicos hablan de abundantes ganancias que no se reflejan en nuestros ingresos ni en el mejoramiento de nuestra calidad de vida. Adicional a ello se ha aplicado todo un paquete legislativo y normativa en materia de producción agropecuaria, minera, energética, vivienda y de servicios públicos que favoreciendo intereses del capital va en contra de los intereses del pueblo.
Según cifras del mismo DANE el INB es más alto en lo rural que lo urbano, pese a ello no ha existido una política por parte del Estado que resuelva esta situación; por el contrario, el abandono estatal y la violencia contra los pobladores del campo son cada vez mayores, como lo señala el informe del PNUD (Colombia Rural, razones para el esperanza del 2011) la tercera parte de la población rural vive en pobreza extrema (Pág. 63). Este mismo informe plantea, según el IR, que el 75,5% de los municipios colombianos son rurales, en ellos vive el 31,6% de la población; un porcentaje mucho mayor que el reconocido por el DANE. Este porcentaje del mundo rural representa el 94,4% del territorio que ha estado históricamente excluida del ejercicio del poder y de la toma decisiones. No existe un estudio que pueda ubicar en términos presupuestales a cuanto haciende la deuda social que hoy se tiene con el campo, sin embargo, en nuestra realidad, la deuda social se refleja en el despojo, la no adjudicación y dotación de tierras, en el desconocimiento territorial, en la carente política para fortalecer la producción agropecuaria, en la política minera a favor de multinacionales y en contra de comunidades, y mineros pequeños y artesanales, y la ausencia estatal en cuanto programas de inversión social en educación, salud, vivienda, infraestructura vial y servicios públicos se refiere.
Ante el tamaño de la crisis social, el gobierno nacional no ha tomado cartas en el asunto que enfrenten estructuralmente los problemas. Por el contrario, ha aplicado una paupérrima política social que se ha enfocado a solucionar con paños de agua tibia la aguda desigualdad e injusticia social: El artículo 65 de la Constitución Política de Colombia de 1991 define “La producción de alimentos gozará de la especial protección del Estado”. Sin embargo, la política agraria no ha resuelto la situación de inseguridad alimentaria, desnutrición y hambre de los pobladores del sector urbano y rural: el 58,3% de los hogares rurales se encuentran en algún grado de inseguridad alimentaria el 20% de los niños menores de cinco años en situación de desnutrición crónica y el 1,3% en situación de desnutrición aguda. Según la Defensoría del pueblo el 40,8% de la población total en el país se encuentra en condiciones de inseguridad alimentaria y el Informe Nacional de Desarrollo Humano muestra que el Coeficiente de Autosuficiencia Alimentaria pasó de 1,04% a 0,95%entre 1991 y 2008.
Ante las injusticias vividas, hemos enviado cartas, sostenido reuniones, audiencias, hemos hecho uso del derecho legítimo a la protesta llegando a acuerdos con distintos gobiernos municipales, departamentales, e incluso con el gobierno nacional, para dar solución a los problemas que se generan y viven en la ruralidad, y que afectan al conjunto de la sociedad colombiana. Cada uno de estos acuerdos se ha sido incumplido de manera sistemática por el Estado y sus diferentes instituciones.
Ante tal situación, se requiere la construcción de una política pública agraria estructurada y coherente con las necesidades del pueblo colombiano, de la que debe hacer parte el Estado, con la participación directa y decisiva del movimiento agropecuario y popular; una política pública que dignifique la calidad de vida de la población campesina, urbana, afro e indígena, que fortalezca y potencie la economía campesina y ancestral como un renglón estratégico de la economía nacional.

La inversión social en seguridad social, educación, salud, infraestructura es fundamental para garantizar los derechos humanos que tenemos las comunidades rurales. Debe ser capaz de atender las demandas sociales, y que requiere la participación del Presupuesto General de la Nación y del Sistema General de Regalías y en especial de las carteras de Defensa, Salud, Educación, Hacienda, Vivienda, Agricultura, y de instituciones estatales como el INCODER, el Instituto Nacional de vías, Transporte, Fondo Nacional de Vivienda, Unidad Administrativa para la Consolidación Territorial, Agencia Nacional para la Superación de la Pobreza Extrema, ICBF y Fondo de Adaptación, en una acción coordinada para enfrentar de manera integral los problemas que aquejan el campo y lo popular.

Nos asiste las razones justas para protestar y exigir al gobierno que cumpla con su compromiso, ante ello tenemos 6 exigencias centrales, cada uno de estos puntos tiene subpuntos que las sustentan.


  1. Exigimos la implementación de medidas y acciones frente a la crisis de la producción agropecuaria.
  2. Exigimos acceso a la propiedad de la tierra.
  3. Exigimos reconocimiento a la territorialidad campesina.
  4. Exigimos la participación efectiva de las comunidades y los mineros pequeños y tradicionales en la formulación y desarrollo de la política minera.
  5. Exigimos se adopten medidas y se cumplan las garantías reales para el ejercicio de los derechos políticos de la población rural.
  6. Exigimos inversión social en la población rural y urbana en educación, salud, vivienda,servicios públicos y vías.
  7. Las organizaciones y comunidades del sector agropecuario y popular presentamos ante el Presidente Juan Manuel Santos como jefe de Estado nuestras demandas sociales, económicas y políticas, buscando que mediante el dialogo encontremos la mejor manera de resolver el conflicto económico, político y social que vivimos. De parte nuestra ya están los voceros nacionales para iniciar el dialogo y conformar la Mesa de Interlocución y Acuerdo Agropecuaria y Popular, escenario que proponemos como la instancia para abordar el pliego de peticiones y llegar a acuerdos.

    Anunciamos al país que nos sumamos a la realización al Paro Nacional Agrario para el 19 de Agosto, teniendo en cuenta los antecedentes de incumplimiento y abandono por parte del Estado. Ponemos a consideración este pliego general a sectores sociales y populares, para que en unidad, organización y movilización, en una voz potente le exijamos al gobierno que cumpla con lo que nos pertenece.


    1. EXIGIMOS IMPLEMENTACIÓN DE MEDIDAS Y ACCIONES FRENTE A LA CRISIS DE LA PRODUCCIÓN AGROPECUARIA.

    1.1. Exigimos que el Estado fije precios de sustentación para la producción campesina, de manera independiente al comportamiento de los precios internacionales, los cuales garanticen una remuneración efectiva a los productores, así como precios accesibles para los consumidores. Para tal fin, se deberá implementar un fondo nacional de compensación que cubra las diferencias existentes entre los costos de producción y el precio de venta de los productos, acompañado de la garantía de compra de cosechas por parte del Estado para pequeños y medianos productores agropecuarios.
    1.2. Reducción de los precios de los combustibles y peajes, concertando nuevas tarifas con transportadores y productores agropecuarios.
    1.3. Reducción de los precios de fertilizantes, insecticidas, abonos y demás insumos agropecuarios.
    1.4. Exigimos la modificación de la política antidroga y solicitamos acordar una política de sustitución gradual y concertada de cultivos de coca, marihuana y amapola, así como el fin de las fumigaciones y de la erradicación manual.
    1.5. Derogatoria de la normatividad que afecta la producción, transformación y comercialización agropecuaria de pequeños y medianos productores, incluyendo lo relativo al manejo de semillas ancestrales y tradicionales y los encadenamientos productivos para el sector. Concertación de legislación para la promoción de la producción agropecuaria de pequeña y mediana escala y garantías efectivas para el acceso a los mercados.
    1.6. Frenar las importaciones de alimentos y productos agropecuarios, particularmente de café, cacao, arroz, papa, leche y productos lácteos. Suspensión y revisión de los Tratados de Libre Comercio con Estados Unidos, la Unión Europea, China y demás países.
    1.7. Condonación total de las deudas adquiridas por pequeños y medianos productores agropecuarios con el sistema financiero. Definición de una política de créditos blandos para pequeños y medianos productores a través de la banca pública.

    1.8. Adopción de seguros de cosechas frente a problemas derivados de condiciones climáticas y/o fitosanitarias, para la pequeña y mediana producción agropecuaria que sean otorgados directamente por el Estado, sin intermediación del sector privado del sistema financiero.



    2. EXIGIMOS ACCESO A LA PROPIEDAD DE LA TIERRA.

    2.1 Exigimos la adjudicación y dotación de tierras a los campesinos, indígenas y afrocolombianos, que carecen de ella, la poseen de manera insuficiente o están en posesión de baldíos que no han sido adjudicados, para lo cual debe ordenarse al INCODER: La compra directa de tierras en cantidad suficiente y de buena calidad, y La titulación inmediata de las tierras baldías que ocupan los campesinos, que cumplen los requisitos para ser adjudicatarios.
    2.2 La compra directa de tierras por el INCODER para ser tituladas de manera colectiva a las comunidades afrodescendientes e indígenas.
    2.3 Detener la política de extranjerización de tierras; esclarecer las operaciones o transacciones que han permitido su extranjerización; revertir estas operaciones y que las tierras revertidas formen parte del fondo para la adjudicación y dotación de quienes no la tienen.
    2.4 Iniciar, adelantar y culminar en el término máximo de un (1) año, los procedimientos de extinción administrativa de dominio de las tierras poseídas por campesinos, para luego adjudicarlas a éstos.
    2.5 Detener la reformulación del tamaño de la Unidad Agrícola Familiar (UAF), y en todo caso no disminuir la extensión que actualmente está definida.


    3. EXIGIMOS RECONOCIMIENTO A LA TERRITORIALIDAD CAMPESINA.
    3.1 La delimitación y constitución inmediata de las Zonas de Reserva Campesina en los territorios en los que ya se cumplieron todos los trámites para su constitución.

    3.2 Iniciar y culminar los trámites de delimitación y constitución de las Zonas de Reserva Campesina en los territorios que las comunidades soliciten, en un término no mayor a un (1) año a partir de la solicitud.
    3.3 La financiación y ejecución de los planes de desarrollo sostenible en las Zonas de Reserva Campesina constituidas y las que se constituyan.

    4. EXIGIMOS LA PARTICIPACIÓN EFECTIVA DE LAS COMUNIDADES Y LOS MINEROS TRADICIONALES Y PEQUEÑOS EN LA FORMULACIÓN DE LA POLÍTICA MINERA.
    4.1 Detener la concesión de títulos mineros y revertir las concesiones efectuadas, hasta tanto se defina concertadamente con las comunidades rurales la política minera del país, en la que se garantice el derecho prevalente de las comunidades étnicas a ser beneficiarias de las concesiones y se brinden garantías para la minería artesanal.
    4.2 Reconocimiento y formalización de la minería artesanal, pequeña y mediana.

    4.3 Definición concertada con los mineros artesanales pequeños y medianos y las comunidades de un nuevo Código de Minas. Redefinir los tiempos máximos para la explotación minera, los mecanismos de mitigación de los efectos de esta actividad, los métodos para su realización y la participación nacional y local de los réditos económicos.
    4.4 Construcción de una nueva ley de regalías que redefina la participación nacional y local de los beneficios económicos de la actividad minera.
    4.5 Realización de estudios de viabilidad para cada uno de los proyectos mineros en ejecución y en proyección, como base para la toma de definiciones frente a la realización o continuidad de dichos proyectos. Estos estudios deben tener por base los efectos ambientales y sociales que la ejecución de cada proyecto acarrearía, así como el consentimiento previo, libre e informado de las comunidades.


    4.6 Sujeción del desarrollo de actividades mineras a los Planes de Desarrollo Sostenibles de las ZRC, así como a Planes de Ordenamiento Territorial construidos participativamente y con atención a estudios sobre vocación del suelo.

    4.7 Apertura de una discusión nacional sobre la propiedad del subsuelo.


    5. EXIGIMOS SE ADOPTEN MEDIDAS Y SE CUMPLAN GARANTÍAS REALES PARA EL EJERCICIO DE LOS DERECHOS POLÍTICOS DE LA POBLACIÓN RURAL.
    5.1 Adopción por parte del Estado colombiano, de la convención de los derechos de los campesinos y las campesinas, aprobada en la reunión de la comisión de los Derechos Humanos de las ONU.
    5.2 Participación efectiva y con carácter decisorio en los consejos y juntas directivas de las entidades delEstado que tienen que ver con la atención a la población rural.
    5.3 Otorgar el derecho a la consulta previa, a las comunidades campesinas sobre proyectos y normativas que afecten su entorno, en lo social, en lo político, en lo ambiental, en lo económico y en lo cultural.
    5.4 Participación amplia, efectiva y con carácter decisorio en las instancias de planeación del desarrollo rural.

    6. EXIGIMOS INVERSIÓN SOCIAL EN LA POBLACIÓN RURAL Y URBANA EN EDUCACIÓN, SALUD, VIVIENDA, SERVICIOS PÚBLICOS Y VÍAS.

    6.1 Exigimos un plan progresivo para el acceso, cobertura integral de población rural al sistema de educación básica y media, superior y técnica.
    6.2 Exigimos el nombramiento de planta docente.
    6.3 Exigimos la derogatoria de la Ley 100 y de la Nueva Ley Estatutaria, así como la concertación con la sociedad de una nueva legislación en salud que garantice el derecho fundamental de forma integral y que contenga elementos diferenciales para el campo.

    6.4 Exigimos partidas presupuestales para inversión social en infraestructura y dotación para educación, salud, producción, vías, red eléctrica, saneamiento básico, agua y alcantarillado.
    6.5 Exigimos se detenga la privatización y se reviertan el manejo a los municipios de los servicios de saneamiento básico, agua y alcantarillado con un criterio social.

    6.6 Exigimos la condonación de las deudas de los usuarios de servicios públicos y se levanten los embargos que se han efectuado por este motivo.
    6.7 Devolución de las microcentrales hidroeléctricas a las comunidades.

    6.8 Exigimos una nueva tabla de tarifas justas de servicios públicos, que correspondan a los costos y no a la especulación.
    6.9 Exigimos que los acueductos comunitarios sean manejados por las comunidades con criterio social y no empresarial.
    6.10 Exigimos la destinación de recursos para el mejoramiento y construcción de vivienda urbana y rural.
    Mientras se resuelva, el gobierno otorgará el derecho de arrendamiento mensual a la población de los asentamientos sin vivienda y quienes están en arrendamiento.
    MESA NACIONAL AGROPECUARIA Y POPULAR DE INTERLOCUCIÓN Y ACUERDO

    Entre las organizaciones sindicales, sociales y políticas que anuncian su participación en el paro nacional agrario figuran las siguientes:
    Centrales obreras CUT, C.T.C., C.G.T, Anthoc, PCC/MP, Movip-Fundescol, Viviendistas, Integros, Reclame, Fecode, Comosopol, Marcha Patriótica Asolaborales, ADE, Cut Bogotá y Cundinamarca, Polo Democrático Alternativo, Mujeres por la PAZ, CNA, intraHosker, Coalición Democrática de Partidos y Movimientos Políticos, Movice, Coordinadora Agraria Nacional, Organización Nacional de Desplazados, Movimiento Nacional por Constituyente popular MCP, ILSA, Congreso de los Pueblos, OCE, Comosoc, ANSA, ASPU Nacional, Juventud Democrática Popular, Movimiento Comunal, Mesa Ampliada Nacional Estudiantil –MANE-, que aglutina a los estudiantes de las universidades públicas y Sindicato Estudiantil SIES.